Este artículo no posee el contenido completo referido a la realidad y los distintos temas tratados aquí, ya que al tratar este concepto se entiende que se aborda un constructo el cual posee muchas dimensiones y características a analizar, lo que requiriere un examen minucioso y profundo por cada rama de la existencia, por lo que convendría un compendio extenso de información holística, tanto contemporánea como antigua. Por tanto, se recomienda al lector abordar la bibliografía añadida.
Llamamos realidad a todo aquello que el sistema de percepción del ser humano logra decodificar del ambiente que lo circunda y por el cual interactúa. Sin embargo, la realidad misma se percibe indiferente a los sentidos humanos, pues estos últimos parecen carecer de las destrezas que ciertos animales poseen, y que, según escritos antiguos, ciertos profetas lograron ejecutar a lo largo de la historia humana.
Para comprenderlo, ¿dónde se encuentra el sonido de las aves? La fisiología nos ha enseñado que aquel cantar es provocado por la siringe del ave, ubicada en la parte superior de su tráquea, entonces el sonido es causado por la vibración de membranas delgadas producida por el paso del aire a través de las mismas (1). La física dice que el sonido es la propagación de ondas mecánicas a través de un medio (2). El ruido es una vibración que se propaga por el aire hasta llegar al oído del observador. El sistema auditivo capta el sonido gracias al pabellón auditivo, pasando a través de un conducto o canal hasta el tímpano, que vibrará, logrando que vibren unos huesecillos del oído medio. El martillo conectado al tímpano transmite vibraciones gracias al yunque y el estribo moverá la ventana oval, la perilinfa vibra gracias a aquello y a la par vibra la membrana basilar, elevando la membrana basilar donde se encuentra apoyado el órgano de Corti, aquí se ubican las células ciliadas responsables de la audición, estas células sensitivas hacen sinapsis con neuronas sensitivas cuyos axones forman el nervio auditivo (3). Así, la energía comprendida en ondas vibracionales encontradas en el espacio-tiempo se transforman en impulsos eléctricos en el cerebro.
La energía ronda a través de la ventana de la realidad en la que nos situamos, nuestros sentidos perciben vibraciones y en el interior de la mente, la información proveniente de ondas vibratorias se transforma en impulsos eléctricos que terminarán por llegar al encéfalo y se decodificará gracias a los circuitos internos que se desenvuelven entre los sistemas y núcleos. La experiencia del sonido no es algo por fuera del humano, sino más bien es un fenómeno que se desenvuelve dentro de su mente.
Con la luz sucede algo similar, los fotorreceptores son células sensitivas capaces de detectar estímulos de luz, estas células se encargan de decodificar los estímulos lumínicos en eléctricos, y gracias al nervio óptico, se conducen hasta el sistema nervioso central (3). Siendo nuestro encéfalo quien interpreta y genera imágenes tridimensionales de los objetos, imágenes con color, brillo y movimientos.
Todo lo que el lector observa es una creación del cerebro. Pero los sentidos visuales no son capaces de percibir todo lo que deviene de la realidad. El ojo del ser humano es capaz de únicamente interpretar luz visible que ronda de 700 nm a 400 nm, a diferencia de otros animales que son capaces de interpretar ondas más largas (rayos infrarrojos, microondas, radar, radio), como las serpientes capaces de decodificar rayos infrarrojos, así como animales capaces de visualizar ondas más cortas (rayos ultravioletas, rayos X, rayos gamma), por ejemplo las abejas o las aves (3).
El mismo filtro que permite ver a la realidad tal cual la percibimos está en todos los sentidos, con el tacto sucede algo curioso. Una ley del electromagnetismo dice que los polos opuestos se atraen, mientras que los polos similares se repelen. Cada individuo, y cada objeto que atiende cada observador está compuesto por átomos, los átomos a su vez están constituidos por una capa exterior con carga negativa, en pocas palabras, el lector no está tocando en este instante el lugar en el que se encuentre sentado, ya que los polos iguales de los átomos que lo conforman y al objeto, se repelen (4). La sensación del tacto es producida por la repulsión entre átomos, lo que genera vibración que se transforma en información eléctrica gracias a distintos receptores ubicados en la epidermis y viaja por los nervios hasta el sistema nervioso. La información sensitiva cutánea está orquestada por receptores especializados de la piel, el dolor, la temperatura, la propiocepción, entre otras (3).
El conjunto de sensaciones que percibimos de la realidad genera en el ser humano una serie de pensamientos o emociones, estos florecen más tarde en interacciones interpersonales, en expresiones corporales y mensajes que nos permiten comunicarnos y manipular los objetos. El psicólogo Daniel Goleman en su obra Inteligencia emocional (5), refiere a la emoción cómo «un sentimiento y sus pensamientos característicos, a estados psicológicos y biológicos y a una variedad de tendencias a actuar». Ciertamente, las emociones y sentimientos son lo que le permite al ser humano contemporáneo desenvolverse en la realidad cultural en la que se encuentra inmerso, donde el control de estas emociones y el uso adecuado de ellas en la forma de relacionarnos en su ambiente le permitirá manejar y manipular la realidad.
La siguiente parada de la información auditiva, visual o proveniente de otros órganos es el tálamo, logrando la sinapsis con la amígdala donde se encuentran tres núcleos: núcleo lateral (NA), núcleo basal (B) y núcleo central (NC). Cada núcleo tendrá una particularidad; primeramente, NA se encarga de recibir la información proveniente del neocórtex y transmitirla hasta B que se encarga de enviar información a la corteza prefrontal ventromedial y NC. Este último será quien se encargue de enviar el mensaje al hipotálamo, encargado de gestionar las respuestas emocionales (3). Gran importancia en el rol de las emociones tiene la amígdala debido a que, según Goleman (5), si se separa de alguna forma a la amígdala del individuo, el desenlace sería una incapacidad para apreciar el significado emocional de los acontecimientos. El componente emocional refiere a un circuito que permite responder ante situaciones determinadas, por respuestas fisiológicas neurovegetativas u hormonales, respuestas que provienen del cerebro, fruto de la amígdala que permite contemplar las emociones.
Al desenvolverse en sociedad ante la cotidianidad, el ser humano experimenta un sinfín de emociones. Desde la alegría hasta la tristeza, la actividad hasta la pereza, del amor al odio, deambulando en ese péndulo de sentimientos y emociones dirigidos a controlar nuestras respuestas ante la realidad. Cabe mencionar aquí que un control de las emociones referirá a un control pleno de las facultades que mueven y dirigen nuestra propia realidad. Dentro de la estructura cerebral, la amígdala se encargará de operar los mensajes y enviarlos a distintos centros de respuesta que activan una diversidad de emociones. La empatía es un constructo que lo manejamos para relaciones interpersonales positivas, gracias en gran medida a neuronas espejo (3), que permiten leer expresiones faciales y determinar emociones en el par. Los distintos asaltos emocionales son respuestas ante estímulos que operan dentro de la subjetividad del individuo, que al no saber gestionarlos pueden culminar en un arrepentimiento.
La estructura de esta realidad es producto de opiniones ajenas que adquirimos en el proceso de desarrollo, durante la culturización, la socialización o por el conjunto de creencias subjetivas de cada entorno familiar, estas se asimilan en la etapa de la niñez y se modifican y constituyen a lo largo del desarrollo de la vida, terminan proyectándose ya sea en la religión, la moda, la cultura.
La culturización o adaptación a la realidad se las adquiere en las etapas de desarrollo del humano, cuyos factores van a ser influenciados por la herencia, el medio ambiente y la maduración (6). La estructura de nuestra realidad se origina en las propiedades biológicas, psicológicas y sociológicas del ser humano. El cerebro es un órgano que orquesta la marcha del sistema humano y conforme acumula experiencia se modifican distintas áreas reforzadas, a lo largo de las circunstancias.
Eagleman (7) comprende que el desarrollo cerebral de la infancia y adolescencia terminan cuando se alcanza los veinticinco años de edad, aclarando además que el cerebro puede moldearse en base a la experiencia. Da a conocer la proeza de los taxistas londinenses, quienes debían memorizar una cantidad extensa de trayectos de la ciudad de Londres para obtener el trabajo. Los científicos observaron que la parte posterior del hipocampo (relacionada con la memoria) había tenido un crecimiento considerable al contrario del grupo control. La neuroplasticidad confirma que la repetición logra configurar el cerebro. Desde la fisioterapia se contempla la neuroplasticidad en el «Envejecimiento Activo» como una estrategia donde el ejercicio repetido, mantiene y mejora la neuroplasticidad a nivel molecular, celular y estructural (8).
Al abordar la experiencia de la realidad, se cae en cuenta que el ser humano actual es capaz de decodificar la realidad en base a sus limitados sentidos adquiridos y heredados. Rosnay (9) nos muestra que los factores heredados se llevan a cabo en la fecundación, donde el ADN del espermatozoide y el óvulo se fusionan. Por lo tanto, la alimentación, el control del sueño, el control emocional de la madre puede modificar moléculas que se encuentran en células germinales e influir en el desarrollo embrionario. La activación de distintos genes dependerá de el tipo de alimentación y de la actividad física que desarrolle el individuo.
Es así como concibe el ser humano la realidad, siendo capaz de tomar rienda de lo que percibe del mundo, gracias a la expresión de emociones en conjunto con sus características epigenéticas y consolidar su subconsciente que le permitirá desenvolverse ante la realidad. Toda nuestra mente existe dentro del mandato del ADN. Por tal, el ser humano se desenvuelve en una realidad donde le devienen distintos sucesos, siendo el propio individuo capaz de controlar sus emociones y actuar en base a ellas ante determinadas circunstancias. El desarrollo de sus genes dependerá del cuidado que el individuo le dará a su cuerpo. Y el libre albedrío que ejerza el ser humano se verá afectado por factores de su entorno y por el propio ser humano capaz de manejar sus emociones y controlar sus genes, lo cual le permite experimentar y aprender en cada experiencia de la realidad.
Autor:
Fabián Patiño
Referencia bibliográfica
- Editores BM. Fisiología del tracto respiratorio de las aves – BM Editores [Internet]. 2020 [citado 19 de febrero de 2023]. Disponible en: https://bmeditores.mx/avicultura/fisiologia-del- tracto-respiratorio-de-las-aves/
- Hawking S. Historia del tiempo: Del big bang a los agujeros negros. Barcelona: Planeta. 2013.
- Carlson NR, Birkett MA, Diego Redolar Ripoll. Fisiología de la conducta. Madrid Etc.: Pearson Educación; 2018.
- Ball P, Inmaculada Pérez Guerra. Cuántica: Qué significa la teoría de la ciencia más extraña. Madrid: Turner; 2018.
- Goleman D, Mateo E. La inteligencia emocional. Miami, Fl: Penguin Random House Grupo Editorial Usa, L.L.C; 2018.
- Papalia D. Desarrollo humano. 12. Santafé De Bogotá: Mcgraw-Hill; 1997.
- Eagleman D, Damià Alou. El cerebro: Nuestra historia. Barcelona: Editorial Anagrama; 2017.
- Ríos IDP, Collazo JEM. Envejecimiento neural, plasticidad cerebral y ejercicio: Avances desde la óptica de fisioterapia. Archivos de Medicina (Col). 2020;20(1):188-202.
- Rosnay J. Epigenética. Editorial Ariel; 2019.